Sobre la orfandad del PRI y la sucesión
presidencial ...
A
partir de la toma de posesión de Carlos Joaquín como gobernador del Estado, el
PRI en Quintana Roo se quedó huérfano, sin el padre que tradicionalmente le
daba la línea a seguir, descontrolando a los priistas.
Y
tal como va la cosa, a nivel nacional también se podría quedar huérfano en el
2018, pues hasta ahora todo apunta a que el PRI perderá la elección para la
presidencia de la Republica, a menos que el presidente Peña Nieto logre cambiar
en su favor, la mala opinión que tiene en contra.
Como
se ve al presidente Peña Nieto en el extranjero?
De
una evaluación hecha por expertos, a su gobierno, destaca lo siguiente:
-
Se le reconocen como fundamentales las reformas legales realizadas en las
materias de energía, telecomunicaciones, educación y banca, pero se anota que
la implementación ha tenido problemas, especialmente en la educación.
-
Se considera que deberá hacer un esfuerzo por impulsar la economía para superar
los estancamientos que ha tenido.
-
Se apunta que deberá impulsar el crecimiento económico y crear empleos, para lo
que recomiendan aumentar las exportaciones.
-
La lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, así como la inseguridad,
siguen siendo graves problema que merecen atención.
-
La corrupción es un tema preocupante.
-
La cohesión interna del PRI como partido gobernante estará a prueba en las próximas
elecciones federales porque se enfrentara a una oposición fuerte e intensa.
Además
de lo anterior, recientemente se dio a conocer en los Estados Unidos, que al
presidente Peña Nieto le atribuyen en estos momentos aproximadamente un 30 por
ciento de popularidad, lo que quiere decir que tiene un 70 por ciento de
rechazo.
La
situación del gobierno federal arrastra negativamente al PRI.
Ese
panorama representa un serio problema para el PRI que, de mantenerse esa situación,
ni con el mejor gallo ganaría la elección presidencial. Muy duro trabajo
tienen, tanto el presidente Peña Nieto, como el presidente del Comité Nacional
del PRI, Enrique Ochoa Reza, y sus Comités Estatales.
Hay
que recordar que cuando se dio la elección para relevar a Zedillo, este tenía
un 60 por ciento de rechazo popular y como era natural y, como él deseaba, el
PRI perdió, porque además, Zedillo no puso un solo dedo para apoyar al partido
que lo llevo al poder, aunque Peña Nieto si lo está haciendo.
De
ser en estas fechas la elección presidencial, la bolita quedaría en los
candidatos de tres partidos: el PAN, el PRD y Morena.
Al
PAN podría afectarle la imagen negativa creada por la terrible administración
del presidente Felipe Calderón, que dejo un enorme saldo de muertos y
desaparecidos, con el país sumido en una inseguridad pública como nunca se había
visto en el México moderno. Al PRD no se le ve gallo con espolones por ahora y,
respecto a Morena, desde mi modesta opinión, Andrés Manuel López Obrador es el
enemigo a vencer.
Si
fueran a la contienda solos cada uno de esos tres partidos, más sus aliados, podrían
pasar dos cosas:
-
Que López Obrador ganara la elección.
-
Que le hicieran el caldo gordo al PRI, el cuál podría ganar con su voto duro al
dividirse el voto anti-PRI-gobierno entre los partidos de oposición, lo que por
el rechazo popular se ve difícil.
Tienen
algo de tiempo el PAN y el PRD para preparar a sus posibles candidatos, pero
desde mi punto de vista, una coalición de ambos partidos, como la que se dio en
Quintana Roo, con un buen candidato, le daría la batalla a López Obrador y al
PRI.
Esa
es solo especulación de mi parte, pero lo que sí es real es que, los saldos
negativos dejados por Roberto Borge y la mala imagen del gobierno federal, repercutirán
negativamente en el PRI del Estado, cuyos integrantes ven llover y no sacan el
paraguas y, por el contrario, están haciendo esfuerzos por lograr una mayor división
con actitudes autodestructivas.
A
principios de octubre pasado el exgobernador Joaquín Hendricks, como Secretario
Técnico del PRI, declaro que Raymundo King estaba muy desgastado y que debería
ser relevado. Suena fuera de lugar que como solución por la derrota del PRI en
el Estado, Hendricks enjuicio y condeno a Raymundo King, dando a entender que él
tenía la culpa de haber perdido y que si lo quitaban del cargo se resolvía el
problema.
Esa
solución tan simplista, totalmente errónea y de mala fe, la echo por tierra el
presidente del Comité Ejecutivo nacional de PRI, Enrique Ochoa Reza, quien en
su reciente visita confirmo a Raymundo King, lo que deja claro que Hendricks
debe tener razones personales y/o de grupo para tumbar del caballo a Raymundo y
apropiarse del PRI.
El
interés de Hendricks en el control del PRI en el Estado -y de otros políticos
que pretenden permanecer ocultos- va hacia las posiciones políticas futuras,
mencionando algunos a Hendricks como posible candidato a senador.
Mala
decisión seria, pues Hendricks no se distingue como buen político, su administración
estuvo marcada por el rechazo de la sociedad y cabe mencionar una anécdota que
me tocó vivir durante su campaña a gobernador que estuvo a punto de perderse.
Hendricks
y su campaña sin respaldo popular.
Me
encontraba yo muy preocupado porque en los medios de comunicación la PGR estaba
filtrando información que me involucraba con el narcotráfico y los
narcotraficantes, y el Procurador Jorge Madrazo Cuellar se negaba a
proporcionarme la información sobre las acusaciones que pedía yo para
aclararlas, porque la ley le obligaba a ello y, de habérmela dado, en esos
momentos hubiera sido relativamente fácil demostrar la falsedad de ellas.
Por
otro lado, se decía que me estaba yo escudando en mi fuero como gobernador para
no ser detenido, por lo que decidí renunciar (pedir licencia), y fui a ver al
Secretario de Gobernación Francisco Labastida, para correrles la atención, pidiéndole
que le informara al presidente que pediría licencia al Congreso del Estado con
el fin de dedicarme como simple ciudadano a mi defensa.
Al
otro día me llamo Labastida pidiéndome que fuera a verlo. Ya en su despacho, me
dijo que el presidente me pedía que no renunciara porque estaba muy preocupado
pues la campaña de Joaquín Hendricks no solo no levantaba, sino que estaba a
punto de perderse y, como sabían que yo tenía control político en el Estado, el
presidente Zedillo me pedía que me hiciera cargo de la campaña, quedando claro
que me darían la información que solicitaba.
Acepte
el trato y enseguida hubo una reunión en la sala de juntas del Subsecretario de
Gobernación Diodoro Carrasco, asistiendo personal de la Secretaría de Gobernación,
un asesor del presidente Zedillo en asuntos políticos, y representantes del Comité
Ejecutivo Nacional del PRI y del Centro de Investigación y Seguridad nacional
(CISEN).
Las
cifras que expusieron eran preocupantes y me comprometí a resolver el problema
pues así evitaría ir a la cárcel. Me dedique de lleno a la campaña, a convencer
a la gente ayudado por las y los lideres, y la elección la gano el PRI sin
mayor problema, dentro de la legalidad.
Sobre
ello hice un informe escrito para el presidente Zedillo, que Joaquín Hendricks
firmo de conformidad, le lleve una copia a Labastida y le entregue otra a
Liebano Saenz, Secretario Particular del Presidente, porque para variar, este
se negó a recibirme, pero no solo eso, sino que tampoco cumplió el compromiso
de que se me diera la información sobre las acusaciones, y el Procurador
Madrazo cerró la puerta diciéndole al Subsecretario de Gobernación, Jesús
Murillo Karam, que mi asunto solo lo trataba con el presidente.
También
me viene a la mente el recuerdo cuando se perdió el D.F. con el PRD. Siendo yo
priista de hueso colorado (era, porque ya no tengo partido) me fui a ver al
presidente Zedillo y le presente un análisis de la situación del PRI proponiéndole
varias acciones para rescatarlo. Entre otras sugerencias, le dije que no tenía
caso tratar de justificar la pérdida del D.F cambiando al presidente del Comité
Nacional del PRI.
Me
escucho con mucha atención, me dijo que le parecía bien lo que le expuse, pero
no tomo en cuenta ninguna de mis sugerencias, y a la semana cambiaron al
presidente del PRI, poniendo a José Antonio González ... y de que valió?
El
problema no era el presidente del PRI, sino la impopularidad de Zedillo, los
abusos en el poder, con la corrupción de los gobernantes priistas, y la falta
de democracia en el partido, por lo que el PRI siguió a la baja, González Fernández
expuso públicamente sus quejas por falta de apoyo, y se perdió la elección
presidencial, para beneplácito de Zedillo porque con ello, más la pérdida del
PRI en el Distrito federal, se ganó a nivel internacional el título de "El
Democratizador de México".
Actitud
divisionista la de Hendricks, que está confirmando al PRI como un partido
autodestructivo que tiende a la división, cuyas primeras muestras se dieron
cuando prácticamente corrieron del partido a Carlos Joaquín, porque no se fue
por su gusto, sino porque la cúpula priista y el gobernador Roberto Borge lo
obligaron, ...pero les salió el tiro por la culata, porque Carlos Joaquín llego
a la gubernatura, llevándose con él a gran parte de los militantes del PRI, con
lo que se dividió este partido.
Y
ahora, antes que reconocer las causas reales de su derrota, algunos priistas le
echan la culpa a los supuestos traidores. Destacando como tales a Magaly Achch,
a su hija Candy Ayuso y a Leslie Hendricks, quienes no merecen tal calificativo
...,
Lo
que a los priistas les corresponde hacer es unirse y trabajar, porque calificar
como traidores a quienes no lo son y tratar de quitar a Raymundo de la
presidencia, aun en contra de la decisión de Ochoa Reza, no solo no es solución,
sino que con ello solo lograran mayor división.
Gracias
por su atención, les envío mi abrazo afectuoso.
Mario
Villanueva.
Noviembre
7 de 2016.
Morena con Manuel Lopez Obrador se sigue apuntando ante la inconformidad de muchos ciudadanos con el tan esperado cambio, ruego porque antes de ello Carlos Joaquin logre mostrar al pueblo que si estuvo cierto en votar por el.De lo contrario todos esos ciudadanos se volcarana a votar por Morena.
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